Descripción
La centralización y el impulso a la “educación patriótica”,
diseñados para lograr una rápida homogeneidad cultural entre la población
fueron las características clave del sistema público de educación elemental que
se consolidó en Argentina en la segunda mitad del siglo XIX. Ellas auparon
hacia su cúspide a un sector de funcionarios “normalistas” que tendieron a
considerarse como una elite intelectual más apegada a los destinos del Estado
que a los de la profesión de la que formaban parte. Sin embargo, en contra de
sus expectativas, no pudieron dejar de ser un grupo intelectual subordinado.
Los motivos deben buscarse en el monopolio que los “doctores”, pertenecientes
en general a los sectores sociales más encumbrados, ejercieron sobre los
espacios en los que se definían las abstracciones académicas y las políticas
educativas y en las estrategias de distinción que los propios “normalistas”
aplicaron sobre los demás docentes, que los debilitó como sector profesional.
González, R. (2001). La elite profesional docente como fracción intelectual subordinada. Argentina: 1852-1900. Anuario de Estudios Americanos, 58 (2), pp. 513-535.
Comentarios