Descripción
Partimos de una premisa: no hay fuente desinteresada. Toda
fuente, en mayor o menor medida, favorece o no al descubrimiento de aquello que
sospechamos ocultado. Ni siquiera las fuentes técnicas (aquellas a las que
recurrimos en busca de un conocimiento específico) se sitúan al margen del
potencial descubrimiento: ese hecho que se pretende descubrir forma parte,
directa o indirectamente, de una trama de la que el “técnico” es o no
partidario.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Benítez, M. & Sortino, C. (2008). Las fuentes del relato. Tram[p]as de la Comunicación y la Cultura, (65), pp. 40-44
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