Descripción
Un
nuevo ímpetu por la recolección de información parece estar ganando terreno,
tal vez heredero del "movimiento de los indicadores sociales". Este
movimiento fue un legado de quienes apoyaban la cuantificación en las Ciencias
Sociales, en la medida que los números se creían objetivos y científicos per se
y la información se consideraba un derecho ciudadano. El estudio de la sociedad
en sus múltiples dimensiones ha estimulado la búsqueda y construcción de
indicadores e índices estadísticos. Sin embargo, el interés por contar con
mejores formas de estudiar el progreso social ha conducido, muchas veces, a un
uso inadecuado de indicadores y medidas. El PBI, por ejemplo, ha sido
frecuentemente tomado como un indicador de bienestar. Pero la carencia de un
marco conceptual para el estudio del bienestar no es el único problema, ni
siquiera el más importante. Una significación similar -o aun mayor- la tiene la
escasa competencia estadística de periodistas, hacedores de políticas públicas
y -en general- la ciudadanía. En conjunto, estos elementos coadyuvan a limitar
el uso de los datos en el debate público. En este artículo abordo el cambio
desde la aritmética política hacia los modernos reportes sociales [par. 1]; el
éxito de la cuantificación en la administración del Estado [par. 2]; los usos
inadecuados de la cuantificación [par. 3]; la actual no utilización de la
cuantificación y la búsqueda de condiciones contextuales que interfieren en la
transformación de la información en conocimiento [par. 4].
Parra
Saiani, P. (2011). Conocimiento y participación: ¿Qué democracia? Revista Latinoamericana de Metodología de
las Ciencias Sociales, 1 (2), pp. 112-140.
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