Descripción
La
historia comienza en 1598 cuando Benedetto Castelli refutó la forma de medir el
flujo en los ríos por parte de Giovanni Fontana, afirmando tomar en cuenta la
sección y la velocidad. También aclaró que en la medición en orificios, debía
considerarse la carga y el tamaño del orificio. En 1625, Castelli estableció la
ecuación que lleva su nombre (Q = AV). Galileo Galilei (1638), propuso que los
cuerpos experimentan una aceleración uniforme al caer en el vacío. En 1641,
Evangelista Torricelli demostró que la forma de un chorro al salir de un
orificio es una hipérbola de 4º orden. Isaac Newton (1686), argumentó que el
agua tiene una caída efectiva en el interior de un tanque y que el orificio
tiene encima una carga real del doble de la altura del tanque. Daniel Bernoulli
(1738), aclaró el enigma de la doble columna y finalmente Johann Bernoulli,
basado en los trabajos de su hijo Daniel, presentó una mejor explicación del
escurrimiento en un orificio y logró una clara deducción de la ecuación de una
línea de corriente.
Pedroza
González, E. et al. (2007). Historia del Teorema de Bernoulli. Acta Universitaria, 17 (1), pp. 39-45.
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