Descripción
En El Doctor Centeno (1883), Pérez Galdós
perfila un cuadro clínico-literario del ocaso del romanticismo en la España de
mediados del siglo XIX, arrollado por el positivismo que abanderaba la nueva
sociedad burguesa. Este artículo explora la forma en que Galdós, a tal fin, se
sirve de Alejandro Miquis, personaje consumido a lo largo de la narración por
un doble proceso febril de naturaleza y origen románticos. En el Madrid de 1863
y, mientras agoniza de la misma enfermedad que el romanticismo elevara a
categoría mítica —la tuberculosis—, Miquis se empeña en renovar el teatro de su
época, creando y ofreciendo a la naciente sociedad un drama histórico de clara filiación
romántica, tan anacrónico y moribundo como él. Así, mediante su muerte y
posterior profanación de su obra, y valiéndose de una estructura plagada de
guiños médico-literarios, Galdós acierta a extender el acta de defunción de la
cultura romántica.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Flores, E. & Luna, J. (2005). Tuberculosis y escritura, las dos muertes de El Doctor Centeno. Revista de Literatura, 67 (133), pp. 49-75.
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